lunes, 12 de enero de 2009

Sexo y banda ancha

red


Una de las transmisiones de datos más importantes que realizamos en nuestra vida es la de nuestro genoma. Se trata de una transmisión en la que no caben errores —pues a la postre no se pueden corregir—, por lo que no se busca eficiencia, sino seguridad. Para conseguir este fin, la selección natural nos ha dotado de un mecanismo que cifra la información con uno de los códigos que más redundancia llevan del mundo.


Por cada mililitro de semen tenemos unos 100 millones de espermatozoides. Dado que una eyaculación expulsa aproximadamente 2,25 ml, esto nos da un total de 225 millones de espermatozoides, y cada uno de ellos lleva casi la misma información. Es decir, por cada bit de información, se añaden 225 millones de bits de redundancia. Sin duda, Shannon se echaría las manos a la cabeza.


Se estima que el genoma humano se puede almacenar en unos 75 MB. Un espermatozoide lleva la mitad de esta información, 37,5 MB. Sumando la redundancia, tenemos que expulsamos 8.437,5 TB. Sí, TERABYTES.


Una transmisión tremendamente ineficiente —por no hablar de que nos pasamos minutos y horas estableciendo la conexión para que luego ésta dure apenas 5 segundos—. Aunque nos lo podemos permitir, ya que el ancho de banda del canal es de 1.687,5 TB/s, es decir, 13.500 Tbps.


Eso sí que es banda ancha, y lo demás tonterías.


Visto en Enchufa2


1 comentario:

  1. Seres humanos no, pero no se si será ya posible o si no faltará mucho para que se puedan descargar personalidades diferentes para después instalarlas en robots más o menos sofisticados. Sería un regalo curioso, pero hasta que punto comerciable y quien sabe si seguro.

    Saludos.

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